La Isla Saona impresiona

 

La República Dominicana es parte de la isla Hispaniola. Es curioso que la atracción turística más visitada, sin dudas, sea otra isla. Estamos hablando de la hermosa isla Saona, en la parte este del país. Turistas de todos los centros turísticos del país, ya sea de la región este (Miches, Bavaro, Punta Cana, Casa de Campo o Juan Dolio) o de la región norte (Puerto Plata, Sosua o Samana) acuden a La Romana o a Bayahibe para tomar transporte marítimo hacia la isla. Los turistas solo pueden llegar en excursiones turísticas, aunque la isla tiene habitantes no hay ferris ni otros medios para llegar.

Datos sobre la Saona

La Isla Saona es la más grande de las que pertenecen al territorio dominicano. Se encuentra ubicada frente a las costas de la provincia La Romana. ​ Es parte del parque nacional Cotubanamá (Antiguo parque nacional Del Este). En la isla hay dos pequeñas poblaciones: Mano Juan, que es un pueblo de pescadores con casas de y Catuano, un área donde habitan guardacostas de la marina de guerra. Entre ambos grupos se estima que habitan unas 500 personas y hay 69 casas familiares, según el último censo. ​

La superficie de la isla es de 110 km². Cuenta con preciosos arrecifes coralinos, lagunas costeras, una gran diversidad de aves y especies de reptiles, y tiene también interesantes yacimientos arqueológicos y cuevas que eran utilizadas por los taínos, los antiguos habitantes de estas tierras. En la isla encontramos una gran cantidad de especies endémicas y riqueza floral. De las 539 especies reportadas en el parque nacional Cotubanamá, la mayoría se encuentra en este lugar, quizás por el hecho de ser una isla separada de tierra firme. En la zona aparecen diferentes ecosistemas, entre los que se pueden distinguir los bosques semi-húmedos, matorrales, y los manglares (que son las únicas plantas que forman bosques sobre el agua salada). ​

En la Saona también se observa una diversa fauna, mayormente de tortugas marinas incluyendo caguama, carey, tortuga verde y tinglar. Entre las aves se pueden apreciar gaviotas playeras, zancudas, la paloma coronita, y la cotorra verde, la cual está en peligro de extinción. Otros fascinantes animales como la iguana rinoceronte, el manatí, estrellas de mar, el delfín y el murciélago pescador son también parte de los habitantes de la isla. Se han reportado en su alrededor más de 40 especies de peces, 10 de corales y 124 de moluscos, calificando la zona como una de las más importantes reservas ecológicas del país.

Historia

Adamanay fue el nombre original dado a esta isla adyacente al parque nacional Cotubanamá por los indígenas taínos. Cristóbal Colón pisó el suelo de la isla por primera vez el 14 de septiembre de 1494 durante su segundo viaje, y la nombró “Bella Savonesa” (en honor al savonés Miguel da Cunio), quien advirtió que se trataba de una isla independiente de la entonces ya nombrada La Española. ​

En esta isla se encuentra la famosa Cueva de Cotubanamá, nombrada en memoria del jefe indio taíno del mismo nombre a principios del siglo ХVI, quien, huyendo de las matanzas del entonces gobernador de Santo Domingo, Nicolás de Ovando, decidió sin mucho éxito buscar refugio en la isla; siendo posteriormente capturado y ejecutado.

En tiempos del dictador Leónidas Trujillo, esta isla fue adjudicada a su familia, quienes explotaron los cocotales que existían desde una fecha indeterminada. Fue este presidente-dictador quién construyó en 1944 el poblado de “Mano Juan” para albergar a 14 familias que se asentaron, y desde entonces sobrevive como único centro habitado en el parque nacional Cotubanamá. Este poblado fue usado también como un coto de caza, punto de crianza extensiva de ganado y lugar para desterrar a los disidentes políticos del régimen del dictador.

El 16 de septiembre de 1975 fue creado el parque nacional Cotubanamá por el presidente Joaquín Balaguer. ​

La Excursión

La visita a esta isla es tanto interesante como emocionante. Solo se puede llegar en tour organizado. Afortunadamente, hay excursiones en ofertas por las agencias de viajes del país todos los días del año, desde prácticamente cualquier punto del país (Si eres turista, te recomendamos hablar con el representante de tu agencia para contratar la excursión). También hay ofertas locales para residentes del país que nos traen a la isla Saona en excursiones que parten desde Santo Domingo e incluso desde Santiago de los Caballeros y otras grandes ciudades dominicanas.

Inicialmente arribamos en bus, y muy tempranito, desde los diferentes puntos de orígenes hasta los puertos de embarque, que pueden ser playa de Bayahibe o La Romana. Si eres de los que te da hambre temprano, te recomendamos traer un sándwich por tu cuenta. A partir de aquí todo es pura diversión. Nos trasladamos en enormes catamaranes a vela o en excitantes lanchas de motor a toda velocidad. El trayecto puede de tomar media hora a una hora, dependiendo, hasta llegar a la Saona. Estaremos recorriendo un corredor de aguas increíblemente cristalinas, frente a las costas del parque nacional hasta llegar a la isla. Si tenemos suerte y no estamos muy alejados, podremos observar a las iguanas rinoceronte tomando sol en la costa. Llegar a isla Saona es como llegar al paraíso mismo. Es en este momento que finalmente entenderemos por qué tanto furor con esta excursión. Tiene kilómetros de playas surreales, de arenas de coral blanquísimas y brillantes, como de diamante molido y aguas turquesas, que compiten con el color del cielo y las piedras preciosas. Los cocoteros y matorrales ofrecen una cobertura de sombras perfectas para el inclemente y cálido Sol. Este escenario fue aprovechado para filmar muchas escenas de la famosa pelicula “Piratas del Caribe”.

Una vez en la playa, un equipo de animación se pone manos a la obra, nos toman de la mano y nos llevan a bailar y a jugar diferentes juegos de equipo. Los perezosos nos iremos a tumbar en las hamacas amarradas a las palmeras mientras que los más deportistas se pondrán sus caretas de buceo y snorkel para observar el coral y las estrellas de mar. Al mediodía degustaremos un variado buffet que tradicionalmente incluye pescado asado en las brasas, arroz y frutas tropicales.

A media tarde, nos embarcamos de nuevo y atravesaremos los canales marinos formados por los manglares, observaremos el pintoresco poblado de Mano Juan y, si es temporada, a las tortugas marinas anidando en la playa. Luego el viaje continua al área denominada “la piscina natural”, que está en el medio del mar, pero la baja profundidad permite literalmente pararnos y caminar sobre el lecho marino de blancas arenas, un banco que está habitado solo por estrellas de mar y peces de colores, podemos verlas, pero no interactuar con ellas por su protección. Es tradicional hacer un gran circulo con el grupo de viaje y hacer un brindis con ron.

Tanta emoción nos deja agotados, y hacia el final de la tarde emprendemos el viaje en bus de retornos a nuestros hoteles o, si eres residente, a las casas. En todo caso, el recuerdo de un día memorable perdurará por mucho tiempo en nuestras memorias, para muchos será el punto más alto de su visita a la República Dominicana.

Por Eduardo Houellemont

 

touring

Touring - Dominican Republic

You May Also Like