Por Victoria Curiel
Cada vez más existen las personas que el 31 de diciembre buscan opciones que le permitan recibir el inicio del nuevo año en lugares del planeta que les haga sentir diferente sensaciones, que van desde la espiritualidad, la energía cósmica, hasta, simplemente bailar y recibir el amanecer, extasiarse al ver llegar el sol desde una playa, montaña o una gran urbe.
Mis recomendaciones las hago en base a experiencias y preferencias personales de los lugares donde he tenido la oportunidad de recibir el nuevo año, entre los que destaco:
PARIS, que sigue siendo una gran fiesta… mi apuesta va por un crucero en el Sena, que incluya cena, orquesta con excelente música y mucho champán. Una opción más económica e igual de interesante, es irse a la Torre Eiffel con su bebida, y ver como cambia el gigante calendario allí establecido, en el que justamente, en el año 2000, trajo la celebración de la llegada del nuevo siglo XXI, por lo que atrajo más público que nunca. Luego, puede irse a los románticos puentes que circundan El Sena, obviamente –si le gusta el frío y caminar–, para después concluir en uno de los cafés o bistrós parisino. Si se van a los restaurantes y cafés de los Campos Elíseos que están impresionantemente decorados, donde además disfrutarán de los especiales menús franceses de navidad, les recomiendo que piensen en amanecer o irse a su hotel a pie, porque desde las 12 de la noche dejan de circular los metros y los autobuses a las diez, y, hay que ser ”bruja” para encontrar un taxi. En el pasado año 2004, llegué al apartamento donde me hospedo a las 7 de la mañana a pie. Es decir, caminamos las personas con que andaba varios kilómetros, a causa de lo que les comento. Pero, siempre recuerdo un refrán de mi abuelo:“lo gozao ni Dios lo quita”…
NUEVA YORK: Aquí nos vamos directo a Times Square, donde se congregan un millón de personas de todas las razas del mundo, y desde donde descienden los artistas en una esfera o bola de cristal que simboliza el paso del tiempo. El show artístico que presentan las autoridades de la ciudad, es definitivamente un espectáculo único. Allí, muchas personas disfrutamos hace unos años a Frank Sinatra, Bárbara Streisand, Liza Minnelli, Tina Turner, en fin, las y los más afamados cantantes norteamericanos, y de los latinoamericanos, han concurrido Luis Miguel, Shakira, Ricky Martin, y, oh sorpresa, nuestra Charityn Goico, hace unos años. El confeti, las cornetas y una inmensa alegría, donde se entrecruzan besos y abrazos se apoderan de quienes disfrutan esta cita. Para coronar la vieja noche y abrazar el nuevo año, a disfrutar en los bares, restaurantes y finalizar en los famosos “after hours” newyorkinos. Con la ventaja de que en esta ciudad el transporte público colectivo amanece esa noche, casi como todas las noches porque Nueva York nunca duerme.
MADRID: Directos a La Puerta del Sol, la plaza que tiene de frente al Ayuntamiento de la ciudad, próximo al Reloj del Sol y donde se establece televisión española (TVE) para transmitir a Europa y el mundo el conglomerado de miles de personas que van a escuchar las 12 campanadas, a tomar bebidas espumantes y a engullir las 12 uvas, y tocar muchas cornetas. Por cada uva hay que pedir un deseo y se debe ir al ritmo de las campanadas, es decir, es muy rápido. Es común ver a cantidad de personas muy conglomerados, pero todo esto, es parte de la parafernalia madrileña del 31 de diciembre. Los artistas y grupos que participan del show de la televisión española son, al igual, que en Nueva York, los que están en el número uno de la selección del público, por lo que se puede disfrutar en el presente, a los hermanos Julio y Enrique Iglesias, Martha Sánchez, a la mejicana Paulina Rubio, a Cristina Aguilera, Alejandro Sanz, David Bisbal, Shakira (con o sin Piqué), y muchos más, etc. Años atrás, pudimos disfrutar a Miguel Bosé, Joaquín Sabina, Mecano, Rocío Jurado (f), la Pantoja, Rosario y Lolita Flores, El Cigala, los dominicanos Juan Luis Guerra y su 440, Angelita Carrasco, y muchos (as) que se me escapan al momento. Se debe concluir tomando un chocolate madrileño caliente con churros en los establecimientos donde los sirven de La Gran Vía, que esta a pocos metros de Sol.
RIO DE JANEIRO: El show se concentra en la Playa de Copacabana, punto focal de esta ciudad. A esta acuden millones de brasileños y turistas de todas partes del mundo, quienes acuden a ser parte del rito de purificación, que consiste en adentrarse a la orilla, mojarse los pies, y pedir, así como desear buena suerte, salud y prosperidad en el nuevo año. En esa noche del 31 de diciembre, los nativos se visten de blanco y se cuelgan los collares de sus dioses y diosas, santos y deidades. Todo el litoral de la playa es iluminado por las luces de los yates y lanchas, convirtiéndose este espectáculo en el centro que decora la celebración. En las madrugadas es mandatorio tomarse los potajes cariocas. El clima es excelente para amanecer en las calles porque en ese litoral en diciembre es verano.
Concluyo, por supuesto, con mi país. Recomiendo las opciones preferidas, que van en este orden:
LAS TERRENAS, en la provincia de Samaná, porque tiene un duende especial para la noche de fin de año. Y, donde se disfruta del baño en la Playa de los Pescadores o en el Portillo, el que se lleva “todos los pecados del mundo”, es de purificación física y mental.
La oferta es muy tentadora, porque usted puede tener cenas en los diferentes hoteles y restaurantes del lugar, con el pescado y marisco más fresco del país. Probablemente, logrado por las masas de los pescadores al atardecer. Y como imaginamos ya en la cena del 24 de diciembre degustamos cerdo en puya, la famosa pierna horneada, moros y cristianos –como dicen los mejicanos- de habichuelas negras y rojas, pasteles en hoja y ensaladilla rusa, los famosos pastelitos de carnes de res y pollo, es normal, que para el 31, nos vayamos con las tradiciones europeas de pescados y mariscos. Este es un menú que encontrarán en Terrenas, por la composición social del pueblo y los dueños de restaurantes y bares, en su mayoría franceses.
Los lugares montañosos de República Dominicana son espectaculares. Hablar de irse a Jarabacoa, a Arroyo Frío y Constanza, es tener una navidad muy parecida a la de los que se van a Vermont, a los Alpes Suizos, etc. Desde mi percepción inclusive más auténticas y con un clima más benigno o tolerable. En estos puntos, también se prenden las chimeneas, lo que no se puede es esquiar, pero, así se evita un yeso para la entrada del año, y sus bolsillos estarán más conformes. Recomiendo de manera particular, San José de las Matas (Sajoma), Los Montones, y sus alrededores, tendrán una pureza especial, y si se atreven a bañarse en el Río Bao, el nuevo año le llegará casi sin arrugas para los y las que se preocupan por estas cosas. Comerán muy bien y sano, y dormirán hasta el mediodía, y para los que disfrutan o no les gusta salir de Santo Domingo, como todos los años, pa’ el Malecón, a escuchar las orquestas y los merengueros, salseros y bachateros en la Av. del Puerto, a bailar todo lo bomba que puedan con los Hermanos Rosario, a recibir a Juanita, “alter ego” de Milly Quezada, y por supuesto recibir el Sol, y luego encontrarán siempre abierto muchos bares y restaurantes, como los de la Plaza España, aunque recuerdo que en mi época de juventud era cita obligada El Vesuvio del Malecón, pero, imagino que todo el Polígono Central del Piantini y Naco, estará encendido!
También, podrán recibir el año nuevo disfrutando de shows y espectáculos públicos que se presentan en los hoteles, night clubs, con reconocidos artistas nacionales e internacionales.