Finalizando el pasado año 2019, justamente en diciembre, se inauguró el Museo de las Atarazanas Reales, que ha sido acogido por todos los dominicanos como un rescate de la riqueza cultural para nuestro país. Podemos recrearnos y disfrutarlo mucho, gracias a una intensa labor de cuatro años y una inversión de 2.6 millones de dólares, que incluyó la restauración del edificio que estaba en un avanzado estado de deterioro, a cargo de la empresa dominicana GTEC, encabezada por el arquitecto Esteban Prieto; el diseño y la ejecución de la museografía, a cargo de las empresas españolas Hidria Reina de Corazones y Avanzia; la conservación de los bienes culturales del museo, a cargo de la Lic. Isabel Brito; el diseño de un Mecanismo de Gestión Sostenible, a cargo del arquitecto Eduardo Lafforgue, y el gerenciamiento del proyecto a cargo de los arquitectos Wilfredo Feliz y Alexy Cordones. Gracias también al uso de la tecnología se han rescatado 12 naufragios documentados en nuestras costas, incluido el que cambió el curso de la historia: el naufragio de la Santa María y la llegada a esta tierra de Cristóbal Colón. Como sabemos en la Hispaniola, se erigió la primera ciudad del Nuevo Mundo.
Las Atarazanas Reales fueron los almacenes de la Corona Española en la isla. Allí se recibían las mercancías traídas desde Europa y eran almacenadas hasta su distribución en la colonia. Era el centro de las actividades mercantiles de la isla.
Se cree que la construcción empezó en 1509. Fue construida en varias etapas. El lugar tiene una nave central, dos naves laterales y varias bóvedas. El edificio, de estilo gótico, tiene columnas de piedra y paredes de ladrillo. Su terminación se estima que fue en 1544.
Alrededor de estos almacenes se construyó un barrio conocido como Barrio de Las Atarazanas, el primer barrio español de América.
Hoy las Atarazanas albergan el Museo de las Atarazanas donde se exponen restos arqueológicos de buques, como: cañones, vajillas, monedas, cuberterías, entre otros restos. Tal como han expresado en los tours iniciales, en el caso de la prensa, asistido por la arquitecta Maribel Villalona, coordinadora general del Programa de Fomento al Turismo y del arquitecto Wilfredo Feliz, encargado de la restauración del edificio histórico, ambos especialistas narraron el inicio de todo, justo en el siglo XV, cuando se produjo el encuentro entre dos culturas. Estas informaciones pueden ser obtenidas en cuatro idiomas: español, inglés, portugués y ruso, también, las personas discapacitadas tienen una experiencia interactiva, ya que pueden tocar a través de las pantallas táctiles el lugar de cada naufragio y recibir información muy detallada.
Todo lo expuesto, es lógico que refuerce la historia inédita para los visitantes de la emblemática Zona Colonial, definitivamente un refuerzo de la oferta cultural turística y museográfica.
El MAR representa un gran orgullo del país y su política cultural, por el rescate y poner en alto el valor de la riqueza cultural e histórica.
Los visitantes tendrán la oportunidad de sumergirse en los testimonios de los objetos que pertenecieron a infortunados viajeros españoles, franceses, ingleses y holandeses que a lo largo de 5 siglos ofrendaron naves y vidas a la aventura de la conquista de las tierras fantásticas que se inscribían desde el primer viaje de Colón, en los mapas que registraban la nueva configuración del mundo.
Otro aspecto interesante, es la experiencia sensorial de este museo, ya que en la Sala Anforario podemos revivir el olor de los aceites, la pólvora, el vino, brea y especias que eran transportadas en tinajas.
Una de las exhibiciones de este museo es el Galeón español Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción que naufragó en el Banco de la Plata (al noreste de Puerto Plata) en 1641.
Otras importantes colecciones del museo, abarca bienes rescatados desde 1502 hasta principios del siglo XX con los barcos de Monte Cristi.
También se destaca la exhibición del Galeón español Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción que naufragó en el Banco de la Plata (al noreste de Puerto Plata) en 1641, este Galeón era la nave capitana de la Flota de las Indias de los últimos cinco años y trasportaba el tesoro en plata de la corona española extraído de México.
Se exhiben las colecciones de los Galeones españoles Conde de Tolosa y Nuestra Señora de Guadalupe que naufragaron en la Bahía de Samaná en el año 1724, estos cargaban mercurio desde España para ser utilizado en la extracción del oro y la plata en México.
Como parte de la colección podemos encontrar piezas del buque de guerra francés Escipión que naufragó en la Bahía de Samaná y los buques de guerra francés Imperial y Diómedes que naufragaron en Palenque, también en el siglo XVIII.
La tecnología vuelve a facilitar que a través de varios audiovisuales con actores que fueron grabados en los puntos reales donde ocurrieron los naufragios, como el Barco de Guadalupe en Samaná. También, en otro corto con tecnología 3D, se expone como se cree que fue construido el Fuerte de la Natividad. Seguimos avanzando y llegamos a los siglos XVII y XVIII, donde se exhiben piezas de familias, porcelanas traídas de Asia, vajillas que usaban los marinos, la artillería para la defensa, entre otras.
El museo está abierto de martes a viernes en horario de 9:00 am a 5:00 pm, y sábados de 10:00 am a 4:00 pm. Para la visita guiada de grupos será necesario reserva previa. Los sábados de 10:00 a,m, a 4:00 p.m. a un costo de RD$200.00 adultos y RD$100.00 niños.
Ubicación:
Calle Colón esquina Vicente Celestino Duarte, cerca del Alcázar de Colón, Zona Colonial, Santo Domingo, Rep. Dom.
Por Victoria Curiel
