Cuando vemos la frase-slogan con la que titulamos este articulo, que forma parte de la cada vez más atractivas campañas del ministerio de Turismo de República Dominicana y de otras instituciones turísticas, a veces podemos encontrarlo exagerada, pero para nada ya que estas encierran el concepto que deseamos ofertar y por qué no vender. Sobre todo, si somos apasionados de los viajes, de movernos y conocer lugares en el mundo, nos damos cuenta de que lo dicho no exagera nuestra realidad geográfica.
Globalmente estamos reconocidos por nuestras playas de arena blanca y que sentimos cuando caminos que estamos pasando por una alfombra, por lo fina y limpia, ni hablar de las aguas cristalinas y totalmente transparentes. Nuestros visitantes desde cualquier rincón del mundo no se cansan de maravillarse y cuentan sus anécdotas de aventuras en caminos pocos recorridos y lugares muy recónditos, donde incluso muchos dominicanos no han llegado…
Entre las grandes opciones y bellezas del país está “el ecoturismo”, ya que en nuestra pequeña isla caribeña encontramos muchos ecosistemas, que van desde la costa a la sierra, enclavados en una biodiversidad única y desbordante.
El ecoturismo es una de las opciones más demandadas por dominicanos y extranjeros. Podemos decir que se descubrió tardíamente, pero la conciencia adquirida a nivel mundial de mayor respeto y cuidado por la naturaleza han logrado que los viajeros busquen las experiencias de menor impacto ambiental, el disfrutar de la naturaleza con conciencia de tener respeto y cuidado. Todas y otras razones contribuyen a que este tipo de turismo que aparece en las diferentes regiones de República Dominicana, satisfagan los gustos e intereses diversos de las personas.
Dentro de las propuestas siempre recomendamos el parque nacional Los Haitises, y la Bahía de Samaná donde se encuentra, que dicho sea de paso, esta área está protegida y declarada Santuario de Marinos, por ser una de las tres zonas preferidas de apareamiento para las ballenas jorobadas que visitan el país todos los años, (de enero a abril), justamente en el inicio del invierno desde donde ellas emigran a Samaná. Es difícil encontrar un espectáculo natural visual como este. Otra gran aventura es bordear la bahía hasta el parque nacional Los Haitises. Se contratan botes muy seguros –además de excelentes conductores, y entrar a a las inmensas cuevas donde la luz y el agua se cuelan entre las rocas y se baten en las olas. Justamente, una de estas cuevas es también una naciente cavidad de agua fresca y cristalina.
En este mismo número de Touring, nuestros lectores pueden encontrar donde pasar un fin de semana, se trata de Puerto Bahía en Samaná, un complejo de villas y habitaciones hoteleras operadas por la cadena The Bannister Hotel / Yacht Club, con una espectacular marina privada que tengo entendido es la más grande del país. Desde aquí se organizan excursiones a Cayo Levantado, a Los Haitises, a la Cascada del Limón y a las Playas Rincón. Recomendamos una experiencia extraordinaria, y ustedes podrán encontrar información en las páginaswww.thebannisterhotel.com.www.puertobahiasamana.com.
Teléfono 809 503-6363, Puerto Bahía Samaná.
Victoria CURIEL