Cosas del País: un recorrido gastronómico y artesanal en minutos

Miriam Veliz

cosaspaisCosas del País nació, hace 17 años, de la mente, la mano y el corazón de Carlos Estrella. Así nacen las grandes ideas, parten del corazón, se les da forma con la mente y se plasman con el trabajo de nuestras manos… Bueno, pero hoy no les vengo a hablar de cómo se hacen realidad los sueños, a pesar de que sería buen tema para inicio de año, sino de  uno hecho realidad: Cosas del País, una tiendita muy particular, en la que puedes recorrer los pueblos de República Dominicana ¡en 20 minutos!, como dice Fátima Estrella, hija del creador y administradora actualmente de tres de estos pequeños establecimientos en los que se percibe “el campo”.

El concepto consiste en el rescate de la gastronomía dominicana a nivel general y de productos que son netamente dominicanos, elaborados por artesanos. Lo que me gusta es que permite tener acceso a productos de diferentes pueblos, que se elaboran con esas recetas típicas de cada lugar…como si fuera en su casa, y claro, Cosas del País busca los que mejor lo hacen en cada lugar. De este proyecto se benefician actualmente 98 familias… y con ellas nos beneficiamos todos los clientes de este lugar, claro está.

Un ejemplo de sus productos es el mabí seibano, que fue una de las cosas que inspiró a don Carlos. Por lo visto lo probó en una visita a El Seibo y le encantó… El mabí es una bebida elaborada a base de bejuco de indio, una rama de árbol que pasa por un proceso de fermentación y adquiere la efervescencia del champán (¡hay quienes lo llaman el champán dominicano!) Y ya que hablamos de bebidas, aquí tienen también licor guavaberry, la famosa mamajuana (con ramas y sin ellas), jugos naturales y café orgánico.

Como don Carlos viajaba mucho, probó muchas otras cosas, y parece que todo lo que encontraba de especial y delicioso lo fue guardando en su “archivo mental” hasta que llegó el momento de poner su plan en acción. Así, ahora usted puede disfrutar en Santo Domingo del mejor chivo liniero (un modo de visitar la zona que conocemos como línea noroeste), la mejor longaniza (elaborada en Jarabacoa), el delicioso casabe de Puerto Plata, crujiente pero no duro (yo lo probé, tostadito, con un poco de aceite de oliva y un toque de sal nada más); boruga de Bonao (por cierto, boruga es leche cortada) y los dulces de Moca, como el turrón de coco, el de lechosa azucarada… los famosísimos dulces de Baní: de lechosa en almíbar, de higo, de naranja, de pulpa de tamarindo, casquitos de guayaba, conservas de cereza, las pastas… Éstas, también vienen de El Seibo, así, en un momento, se están dando la vuelta, con solo el paladar, por el este y el sur del país, ¿qué les parece? ¡Ah! Me olvidaba, Fátima dice que el caramelo de guayaba es un dulce ¡divino! Ese será mi próximo sabor a probar.

Bueno, yo particularmente soy quesera, y aquí tienen un queso de hoja que elaboran artesanos en Nagua, ideal para acompañar el casabe o algún dulce…, (si no han probado acompañar dulces con queso, se lo recomiendo, aunque sea como enriquecimiento cultural. Pueden asesorarse con la vendedora sobre qué combinación hacer. Creo que no se arrepentirán).

Hay muchos productos más: semillas de cajuil, almendras criollas (que son más chatas y tostaditas que las de siempre), miel, melao de caña, raspadura (dulce hecho de melao y envuelto en yagua), mermeladas, un picante natural excelente… Pero ya en son de comida, y solo por pedido, lo que más gusta es el chivo guisado u horneado, el cerdo relleno de moro y (lean bien): cerdo relleno de chivo relleno de moro. ¡imaginen! ¿No se les hace la boca agua?

En cuanto a cosas más simples: pasteles en hoja, de plátano y de yuca, rellenos de carne de res, de cerdo, de cangrejo (compré y lo preparé en casa, ¡delicioso!), pastelitos horneados, arepas, pan de batata, batata asada (pruébela con el queso de hoja si le gusta la mezcla de sabores)…

Una buena noticia es que este negocio familiar está en varios lugares: en la avenida Núñez de Cáceres, en la Tiradentes (que es donde estoy), en Megacentro, en Ágora, en el supermercado Nacional de la avenida 27 de Febrero y en Merca Santo Domingo. Fátima dice que en el de Megacentro tiene sillas de guano y mesas de madera, donde puede sentarse a comer algo, a tomar té de jengibre, jugo o café… para este año también planea tener mesitas y sillas aquí, en la Tiradentes. Me gusta cómo se involucra en el negocio. Ella es diseñadora de interiores (se nota) y cuenta que es “la negrita de papi” (algo que en este país no tiene nada que ver con el color de piel, sino que es un apodo afectuoso) y que se un día “se me despertó la inquietud de qué pasaría con el negocio cuando se vayan los viejos, así que decidí invertir en lo que papá había creado”.

Les aviso que no todos los locales son iguales: las facilidades son diferentes y hay productos que puede que aparezcan en una de las tiendas y no en otras, por ejemplo, la mermelada de pimientos rojos, que es una delicia, la consigue casi seguro en la sucursal de Ágora, donde es muy buscada… Y a veces, en alguno de los establecimientos  tienen “panecico”, un pan de yuca relleno de chicharrón. Pregunte por si corre con suerte. Solo lo traen a veces… Creo que así podemos sorprendernos en cada visita.

La idea de este lugar era “tener lo mejor de cada rincón de la República Dominicana”. Fátima dice que lo que quisieran es que el dominicano tomara en cuenta la importancia de que cada producto está hecho a mano, “con sentimiento y corazón, como si fuera en casa”. Me lo dice mientras hablamos sentadas alrededor de una mesa con un mantel de cuadros rojos y blancos, tan típico de los picnics, al lado de una escalera de madera pintada de colores…  bajo un techo de madera pintado de verde. A mi alrededor hay productos artesanales: güiras, maracas, tamboras, muñecas sin rostro, gallos en madera pintada… e incluso productos de belleza naturales de la marca Agalma: jabones exfoliantes, otros para manchas, contra celulitis o estrías, de manzanilla, de lavanda, avena, chocolate con menta, almendra y chocolate blanco… No sé en los demás, pero en la Tiradentes venden joyas en ámbar y larimar… y otros detalles, como un chiquito y hermoso libro de la Virgen… Vaya y curiosee. Vale la pena. Y es un rápido recorrido por los sabores y la artesanía del país… un recorrido cultural en minutos… y todo en un solo lugar.

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Touring - Dominican Republic

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