Porque los amantes de la buena música estamos en todas partes, y dondequiera que vamos queremos disfrutar de ese ambiente especial que inunda los espacios musicales, hoy les vengo a contar de las noches musicales de Santo Domingo, la primera ciudad fundada en el “Nuevo Mundo”.
Tengo la tendencia a contar mucho, como si quisiera que vieran lo que me llena, pero hoy me esforzaré por ser breve, pues tengo tres ofertas fuertes: música sinfónica, jazz y música alternativa. Y las tres se dan en ambientes de los que me gustaría hablar… Empecemos por aclarar algo: música en vivo la hay en diferentes lugares, especialmente lounges, algunos bares… pero no son espacios musicales, sino lugares que la ofrecen como acompañamiento y yo lo que les propongo aquí son lugares donde la música es protagonista, no fondo, y en dos de ellos, también se tiene lo demás: excelente maridaje entre arte, música, exquisito ambiente, deliciosa oferta gastronómica y excelentes bebidas.
Empiezo con lo que se ofrece en un día inusual: los martes. Rompiendo la semana que apenas empieza, Las Terrazas del Mesón de la Cava tiene música de alto nivel. El ambiente, que de por sí es mágico: cielo abierto, luna creciente el día que lo visité, árboles hermosos, orquídeas, cuevas… se potencia con la música. Me senté bajo un frondoso almendro, excelente techo y proveedor de fresco. Me tomé un licor mientras respiraba pensando en ustedes, mis lectores. Sentí el aire trayendo poesía. Aquí la música empieza a las 9:00 de la noche y la oferta incluye jazz, bossa nova, blues, boleros, música alternativa…
De que todo lo que se ofrezca sea de buen nivel se encarga Fernando Rodríguez de Mondesert, quien nos lleva los viernes a otro espacio musical: el bar La Azotea del hotel Dominican Fiesta. Este sí es un rincón de jazz que se llena tras la puesta de sol de los viernes. Con razón se llama “Fiesta Sunset Jazz”.
Otro lugar al que no puedo dejar de invitarles es el Teatro Nacional. Estamos finalizando la temporada sinfónica y ha habido platos fuertes en sus conciertos, que son cada dos miércoles. Yo quería dedicarle un artículo a esto, pues la impresionante oferta musical y la personalidad del multigalardonado José Antonio Molina, director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, apasionado, intenso, de inquieto espíritu, lo merecen. Habría mucho que decir, pero la temporada está por terminar y mejor espero a contarles el próximo año con tiempo para que puedan disfrutarla. Les doy algunos datos de lo que este año hubo: estrenaron obras de compositores dominicanos, y una de ellas uniendo dos de mis ramas de arte favoritas: música y literatura. Esta se trató del poema sinfónico “En un bohío”, inspirado en un cuento del profesor Juan Bosch (uno de nuestros grandes literatos). La composición es de la profesora Aura Marina del Rosario, maestra de generaciones, quien recibió un breve pero emotivo homenaje la noche del estreno, otro fue la Mozartina de Otoniel Rojas y hubo valiosos artistas nacionales e internacionales. Si están por aquí el miércoles 20 de noviembre, disfruten el cierre de temporada cuando en un apoteósico concierto estarán juntos más de cien cantantes de los tres principales coros del país, presentando la monumental sinfonía de Mahler “Resurrección”, con la orquesta bajo la dirección de José Antonio Molina.Fernando, quien tiene el blog “Jazz en Dominicana”, trae cada semana una agrupación diferente, siempre con excelentes músicos. No tiene que pagar “cover”, el disfrute de la música es el centro, pero como la oferta de trago y demás es tan tentadora, seguro sucumbirá: ¿se imagina escuchando jazz, con la vista de la nocturna ciudad iluminada, el ambiente que a partir de las 9:30 aproximadamente se empieza a llenar de sonidos melodiosos, de algo hondo, que quita el habla e inspira por ratos a cerrar los ojos? El servicio, la oferta, las atenciones, los diferentes ambientes en que acomodarse, seguro le invitarán… y hablando de ambientes, tienen un rincón especial que enamorará a los fumadores: rodeado de cristales, para que no se pierda nada, el “salón de fumadores” tiene puros de altísima calidad (Romeo y Julieta, Montecristo…) y una cava de vinos que para qué les cuento… Iba a ponerles aquí el grupo que tocó esa noche, pero cuando ustedes vayan estará otro, confíen, será de primera. Claro, con el jazz la gracia está en que los intérpretes nos dejen ver más allá de las notas, que improvisen, que muestren un poco su alma, no solo que sean buenos instrumentistas, así que a veces hay que esperar las primeras melodías y compenetrarse con ellos para sentir.
Ya sea martes, en Las Terrazas, miércoles en el Teatro Nacional (verifique el programa) o viernes en La Azotea del Dominican Fiesta, les aseguro que si aman la buena música, tenemos mucho que ofrecer para su disfrute. Ah, si quiere algo más folklórico, pase los domingos por las Ruinas de San Francisco, al aire libre en la Ciudad Colonial, donde el grupo Bonyé presenta son, merengue, salsa, cantautores… puede reservar una mesa cerca del escenario o sentarse donde prefiera, en la grama, en las escaleras…
Ya ve, música por todas partes en las noches de Santo Domingo.