Quiero que inicien junto a mí un recorrido desde Montecristi hasta Samaná, porque siempre me he deleitado en esta hermosa costa, a la cual voy muy a menudo, desde hace muchos años, y siempre tengo nuevas sensaciones y descubro muchísimas opciones que el viajero disfruta, por la variedad de opciones y entretenimiento. Existen pequeños hoteles que ofrecen muy buen servicio a sus huéspedes, esto son los “bed and breakfast”, que tanto gustan a los que disfrutamos las estadías personalizadas o que también nos gustan los pequeños hoteles, paradores y apartahoteles. Esto que expreso no quiere decir que no seamos también de las que nos gustan los resorts y los grandes complejos, pero, casi siempre nos inclinamos por planes personalizados, y si el bolsillo lo permite, los hoteles boutiques.
El destino que en esta ocasión le invitamos a visitar es Montecristi, una región de gran belleza localizada al noroeste del país. El mayor atractivo turístico de esta provincia lo constituye su costa atlántica, la cual cuenta con esteros navegables, cubiertos de manglares. Realizar un recorrido en pequeñas embarcaciones resulta una gran aventura, pues los Cayos Siete Hermanos (pequeños islotes), ofrecen un increíble paisaje marino para practicar buceo deportivo, lo mismo que las costas de Punta Mangle.
También, el imponente Morro, es lugar obligado a conocer, también es muy interesante un recorrido que le permita visitar el Reloj público traído en el siglo XVIII desde Francia, e instalado en el Parque Central, justo frente a la Iglesia, sus campanas sonaron por primera vez en 1895.
Luego, es muy interesante recorrer unos pocos kilómetros para conocer la Bahía de Manzanillo, la cual está bordeada por un bosque de manglares. Además, de estos ecológicos atractivos, esta zona nos tiene reservado otro atractivo que es la Reserva Científica de Villa Elisa, muy cerca de la comunidad del mismo nombre, un lugar que alberga especies endémicas, tanto de la flora como de la fauna dominicana.
En Montecristi se puede disfrutar de una gastronomía compuesta de variedad de comidas, entre las que se destaca la influencia de inmigrantes que se han radicado en el pueblo, desde hace más de 125 años, le dan una diversidad a la oferta local, nacional y extranjera en los restaurantes; estas comidas son tales como: La bandera (arroz, habichuela y carne), sancocho, asopado de mariscos, y muchos otros productos del mar y de agua dulce: Camarones, langostas, lambí, centollas, pulpos, meros, chillo, lisas, tilapias, cangrejo y otros. Y, el muy solicitado chivo liniero.
Por Victoria Curiel