Cuando usted vuelva al Restaurant Cappuccino se va a dar cuenta de un cambio agradable tanto en la arquitectura del lugar como en la dinámica relacional y en nuevos espacios, decorados de manera muy moderna y relajante. Este lugar emblemático de la gastronomía italiana en el país, se ha remozado desde las paredes hasta la cocina.
El establecimiento lleva otra fachada adquirida con la avenida Máximo Gómez, ofreciendo a su clientela un espacio complementario de galería cubierta como esas terrazas cerradas en los inviernos de Roma y de Nápoles, pero aquí en el trópico disfrutando de un buen aire acondicionado.
La trattoria se ha ampliado en un centro alimenticio para adquirir los alimentos que cada cliente pueda cocinar en su residencia con sus recetas y trucos culinarios traídos desde Italia.
En efecto, podemos comprar pastas naturales, de trigo integral, quesos deliciosos, recomendando un ricotta poco competible en el país. Los embutidos y las charcuterías, te presentan un surtido de jamones, copas, testa, y unos salchichones sabrosos con su bolita de pimienta.
Para los amantes del pan, hay unas horas e la mañana y de la tarde que podemos comprar los bollos de pan campesino caliente…Pero, el lugar tiene una bodega con una relación calidad precio asequible para todos los monederos, y hemos degustado unos prosecos y vinos tintos de excelencia con denso paladar.
El lugar tiene un ambiente de café italiano y bistró francés que convoca a la comunidad europea residente en la capital, y a los dominicanos, artistas, intelectuales, profesionales y funcionarios que llevan sus reuniones de trabajo con la soltura y la calidad del encuentro, como si estuvieran en Roma, Paris, o Barcelona. Aquí, los Cappuccinos, no pueden fallar la calidad del café expreso, y mucho menos la gelatería y la heladería que fusiona el mejor gusto del sabor tropical de la chinola, de coco, del mango, del limón y de la fresa, con el duende y el secreto de la tradición italiana de los helados y de los sorbetes. El establecimiento goza de un personal educado y atento que te hace sentir en tu casa, y en casa, asistimos muchos porque hemos hecho del lugar un punto convergente de encuentros. Aquí se unen y mezclan las generaciones, las nacionalidades y los gustos.
La sala del restaurant ofrece un decorado clásico para almuerzos y cenas quizás más íntimas y privadas con un menú de mariscos, y carnes refinadas de los que destacaremos nuestro preferido, el carpaccio de pulpo, o de salmón, como las pastas con langostas, y otros inolvidables platillos.
La dirección es la calle Eugenio de Marchena incluyendo la esquina muy amplia de la avenida Máximo Gómez. Horario muy flexible desde la mañanita hasta muy entrada la noche, y no cierra al mediodía, ni al atardecer. Ah, no podemos olvidar que tienen parqueo propio.
Victoria CURIEL