La Zona Colonial de la cosmopolita ciudad de Santo Domingo cada vez más agrega elementos nuevos a su importante atractivo turístico y cultural. Recientemente, se ha creado el Museo del Ron y la Caña, ubicado en la calle Isabel La Católica, esquina Restauración, propiedad de José Alberto García.
En este espacio se pone de manifiesto la tradición licorera dominicana, la cual es exhibida a través de una amplia muestra de piezas representativas de las familias que en el país han tenido fábrica de ron. Dicho museo busca marcar diferencia y ofrecer al visitante el conocimiento de cómo se creó esta tradición en la tierra productora de caña de azúcar.
Entre las piezas antiguas que adornan cada uno de sus espacios están: Cuayaya, pieza que se utilizaba para oprimir la caña y de esa manera extraer el jugo. También, piezas y herramientas de tonelería, empleadas para reparar los toneles, un laboratorio antiguo, con el que se medía y pesaban los alcoholes; el histórico y célebre Folín, un embudo de manufactura que generalmente se usaba para rellenar las barricas con alcohol para envejecer.
El Museo del Ron y la Caña, tiene como principal objetivo resaltar las cosas buenas que en el área de la destilería tiene República Dominicana, desde tiempos antiguos hasta los actuales momentos.
Es el único lugar que tendrá una colección de etiquetas de las familias que fueron fabricantes de ron en el país, siendo una rica e interesante fuente de información sobre la historia del procesamiento del ron dominicano, además de que cuentan con una tienda de expendio para los interesados en comprar “souvenir” que llevan de regalo a sus países, o cualquier persona en una ocasión especial.
En dicho museo se puede apreciar las piezas que se utilizaban para el vaciado de barrica, el trapiche, caja de herramienta que fuera usada por el telonero don Andrés Olson, en San Pedro de Macorís y de la bodega de envejecimiento. Los visitantes tienen acceso a conocer interesantes y edificantes historias de tradicionales familias productoras de ron, destacando a las siguientes familias: Cortez, Munné, Imbert Barrera, Jorge Blanco, Carrión, Morales y Flaquer, Brugal y Barceló y Bermúdez, entre otras.
El museo contará además con un club para amantes del ron, que será un complemento para ampliar la cultura de catadores y de público en general. En exhibición y en inventario tiene este espacio bebidas formuladas y añejadas, para miembros del club, quienes les darán seguimiento a la maduración de sus barricas, personalizando esta bebida con su propia formulación y las mismas las podrá disponer en pequeñas barricas hechas especialmente para este propósito.
El ron, tiene una rica historia y multiplicidad de perfiles de sabor. Además, de ser la primera bebida destilada que salió al mercado, por lo que está considera más vieja que cualquier otro tipo de bebida espirituosa. No existe otra bebida que tenga un pasado tan apasionante como el ron. Incluso fue la bebida favorita de los “Piratas del Caribe”, ya que en una extraordinaria demostración de su pasión por el ron, el infame Almirante Nelson, quien murió luchando en la batalla inglesa de Trafalgar, pidió que su cuerpo fuera conservado en una barrica de ron. Además, la Armada Británica aseguró sobre las ventajas curativas de dicha bebida, a nivel de que curaban a sus marineros con raciones de ron mezclado con limón para prevenir amenazas de enfermedades y epidemias.
Son interminables las anécdotas sobre el ron, entre las que nos pareció interesante destacar las siguientes:
- En 1960, la noche que se anunció el triunfo del presidente John F. Kennedy, él brindo con Daiquiri, el coctel con base a ron blanco.
- El ron tiene orígenes muy humildes. Sus antecesores se pueden rastrear hasta las antiguas India y China y de allí su consumo se extendió. En cuanto al destilado propiamente dicho, fueron los esclavos de las plantaciones de caña de azúcar en el Caribe, quienes descubrieron que la melaza podía ser fermentada y destilada para producir una bebida de sabor dulce y agradable.
