La Zona Colonial de Santo Domingo se ha caracterizado por ser un lugar donde se concentra la cultura, la historia y el arte. Dentro del arte no podemos dejar de hablar de la música, lo cual nos lleva a hablar de un lugar que ya tiene 24 años de estar presente en la Ciudad Colonial. Les hablamos de El Sartén o “La Catedral de la Música Caribeña, y el Hogar del Son”. Más adelante les vamos a decir de dónde proviene esa denominación y de quien fue la ocurrencia.
Hace unos días nos encontramos con la cuenta de Instagram de @elsartenoficial, y quisimos conocer personalmente los propietarios y administradores para que nos contaran sobre su historia, así que muy amablemente nos recibieron Marcela Masotti y Michael Curiel, los administradores de El Sartén. Esta pareja están en las noches a cargo de que sus clientes y habitués disfruten la música, el ambiente y actualmente de una sabrosa picadera, con toque porteño, porque Marcela es argentina. El negocio perteneció en un principio al padre de Michael, Juan Orángel Curiel, quien tiene una gran experiencia y probablemente es el dueño de bar o boite que mejor trato siempre hasta hace poco ha ofrecido a su clientela. Fue así como Marcela conoció a Michael, como clienta que desde que conoció el lugar quedó siempre con el deseo de volver y volver, lo que se le facilitó por motivos de trabajo, ya que reside en República Dominicana. Esta simpática pareja se conocieron en una ocasión que ella pasó caminando con una amiga por la calle Hostos y quedó cautivada por la música que estaba “sonando” en El Sartén, allí conoció a Michael y en la actualidad son pareja y dirigen juntos el negocio. ¿Verdad que parece un cuento de hadas?
Justamente el pasado 22 de junio estuvieron cumpliendo 24 años, así que en 1992 fue que nació El Sartén donde el concepto originalmente era de un restaurante, de allí es que proviene su nombre, funcionaba en las mañanas y en el mediodía se ofrecían almuerzos, la gente empezaba a quedarse más tiempo después de almorzar, se dio una especie de “peña” (término que utilizó Michael para referirse a una clase bohemia donde se reúnen personas que comparten un gusto en común) fue cuando el creador de El Sartén, el padre de Michael Curiel vio la forma de además de tener un restaurante ofrecerle al público un bar, así fue como se empezó a abrir en las noches, a raíz del cambio las noches empiezan a ser un éxito, llegó un momento en el que se tuvo que evaluar la situación de mantener ambos servicios o solo mantenerlo funcionando como un bar en las noches, al resultar más beneficioso el bar se terminó quedando solo con ese negocio, pero el nombre al ser ya tan conocido cambiarlo resultaba bastante difícil por lo cual se quedó con el nombre de El Sartén.
Conversando con Michel le pido que me hable sobre lo que ha pasado en los 24 años que tiene este negocio. Nos comenta Michael : “si la sociedad ha cambiado, imagínate lo que ha pasado aquí”, recuerda la cantidad de personas que se han conocido en este lugar y que se han casado, ya incluso tienen su prole; “modestia aparte, creo que es el bar mas icónico que tiene la Zona Colonial” hemos visto en ese tiempo abrir y cerrar tantos negocios similares, que dicho sea de paso, clientes de El Sartén, se inspiraron en el concepto de nosotros. Aquí hemos mantenido el respeto y la veneración por la música, en especial: los sones, danzones cubanos y danza puertoriqueña, al igual que la plena, la salsa, y otros ritmos caribeños o de la región, merengue, boleros, bachata suave y hay clientes de edad que sobrepasa los 50, que piden su rock de los 60,s. El ambiente es de fraternidad y buena vibra, siguen viniendo las mismas personas, aunque también tenemos un público de turistas que les encanta todo: música, servicio y ambiente, concluye Michael.
Marcela, como buena porteña lo percibe así: “es como un club social, porque a mí lo que me llamaba la atención cuando empezaba a venir a la Zona Colonial, siempre comentaba que quería bailar salsa y me decían pues vaya a El Sartén” pese a que no tiene ni un cartel afuera todo el mundo sabe dónde queda. Un lugar pequeño, pero lleno de gente bailando, la gente es tan amable, hay unos personajes geniales que te sacan a bailar, Marcela nos comenta que era lo ideal al terminar una semana de trabajo ir a El Sartén, muchas personas independientemente del recorrido que hagan en “ la Zona”, como generalmente le dicen los jevitos, y ya se acuñado el nombre, “si lo que quieren es bailar van a ir a El Sartén y van a gozar”…
Es un lugar auténtico que a pesar del paso de los años, el público se mantiene, genera diferentes públicos y nunca ha habido ningún tipo de problema. Tiene un ambiente sano para todas las edades, gente desde los 20 años hasta los 70, donde no hay prejuicios sobre pedirle a alguien que baile una pieza contigo, mucha gente lo conoce y dice yo voy a El Sartén porque quiero bailar con “Inocencio”.
¿Qué tipo de música es la que suena en El Sartén?
Bueno como señalamos más arriba, nuestro fuerte es la música Afro Antillana, Afro Caribeña, entiéndase: son, salsa, merengue, y una que otra bachata, pero también hay cortes para los boleros, porque este lugar es ideal para “nostalgiar”…
La música está a cargo de Michael, a quien además de preguntarle qué tipo de música es la que suena en El Sartén también le preguntamos qué canciones o que artistas siempre se puede esperar oír en las noches, bueno son tantos, pero a ver un intento: Oscar D’León, Compay Segundo y Buena Vista Social Club, Grupo Niche, Johnny Ventura / El Gran Combo, Fernando Villalona, El Torito, Sergio Vargas, Papaito músico Cubano, el Gran Combo de Puerto Rico, los merengues de Johnny Ventura, La Familia Andrés, El Canario, Juan Luis Guerra, también hay temas que aunque acaben de salir se vuelven clásicos entonces esos entran en El Sartén. Pero, es muy variada y hay que complacer los gustos, incluimos a Lucecita Benitez, Celia Cruz, Diego el Cigala con Bebo Valdez, Rosario Flores, Luis Miguel, “todos los boleristas mejicanos y españoles” siempre de modé. Cuando la noche continua vienen las peticiones por edad y solicitan a Toña la Negra, Olga Guillot, y un hit de El Sartén es el incomparable Tito Rodríguez. Si continuamos no terminamos porque probablemente no haya un bar que tenga el inventario de El Sartén, se lo aseguramos.
¿Cuéntenos sobre “La Catedral de la Música Caribeña y el Hogar del Son” de donde proviene esa frase?: La historia viene de un amigo que nos comentó que había hecho un recorrido por toda la Zona Colonial y que no había nadie en los bares, y que el único lugar que tenía gente era El Sartén, después de una pausa él agregó, ah, es porque estoy en la Catedral, porque hay muchos lugares de música, pero esta es la Catedral de la música Caribeña.
El Sartén fue mencionado en The New York Times, en el mes de noviembre del año 2000, en un reportaje dominical titulado “36 hours in Santo Domingo” donde va describiendo lo que puedes hacer en la Ciudad de Santo Domingo durante el día, dividiéndolo por horas y dice así: Básicamente, al final del día mientras recorres las calles llegas a El Sartén, un lugar pequeño donde se encuentra concentrada la alegría, ningún lugar tiene la energía que tiene El Sartén, se siente el significado de su nombre al estar bailando todo el mundo apretado, con la música fuerte y al lugar no le cabe ni un alfiler, donde se pueden ver a los dominicanos de cabellera gris mostrar sus pasos de antaño, que te invitan (a los turistas), a ser parte de la diversión, así que toma a tu pareja y disfruta también. (Nota: no es una traducción literal, es una interpretación de la reseña de la mención).
A quienes todavía no se han dado una vuelta por El Sartén les compartimos su horario, que es, de miércoles y jueves desde las 7:00 p.m. hasta la 1:00 am y de viernes a domingo de las 7:00 p.m. hasta las 3:00 a.m. los lunes está cerrado.
Nota: En una semana a partir de que usted lea este articulo, pase por El Sartén que está sometido a su segunda remodelación, cuyas ventajas usted disfrutará. Muy actual y de buen gusto. Estén pendientes a través de sus redes sociales: Facebook: elsartenrd
Instagram: @elsartenoficial. No se la pierdan!
Por: Carlos Quintanar
