Por Miriam Veliz
No todos los días encuentras un lugar de comida con un guiño de humor, y el que estoy por describirles lo tiene: moderno, elegante, casual, creativo, es ideal para juntarse a pasar el rato.
Entras, y enseguida la vista se va a la pared izquierda: una pizarra en la que está el menú de cervezas y donde Freddy Jana, creativo publicitario, diseñador gráfico de ojos brillantes, como de niño, escribe con tiza invitando a la gente a unírsele con frases como: ”Hazme caso” ”Píntame ombe” ”Dame amor”, ”Garabatéame cariño”. La idea forma parte de una campaña que lleva por Instagram, donde tiene unos doce mil seguidores a los cuales trata de un modo preferencial: tiene un menú secreto solo para ellos…
Observo el ambiente mientras me tomo una refrescante limonada de jengibre y miel. Interesantes posters de animales que parecen inocentes e infantiles, pero en los que si observas bien, encuentras detalles “escondidos” o camuflados, adornan sus paredes dando otro toque de creatividad a este lugar, uno de los pocos restaurantes en donde cuando pides una limonada te preguntan de qué sabor (es que tienen un 
bar de limonadas, así como uno de sangrías). Escucho la música, que relajante y “feliz”, le añade un toque grato al lugar, pues feliz no significa escandaloso, sino positivo. A ese ambiente ayuda la iluminación, suave, sugerente, cómoda. Los gallos, aquí y allá también tienen lo suyo, así como los platos pintados con rostros, ¿saben por quién? Por Freddy, el diseñador de quien les hablo.
”El restaurante es como una cápsula del tiempo, donde por dos horas te escapas de la realidad, alimentas tus sentidos, y recuperas fuerzas”, comenta él.
Me traen el menú y viene el chef, Carlos Santana. Siempre considero un honor conocer al experto de la cocina. Juntos, cuentan cómo van creando y cambiando el menú: se juntan ellos dos y Ximena, e inventan platos, los prueban, y los que más éxito tienen entre los comensales, se quedan. Se trata de una negociación entre las ideas de ellos y la aceptación del público”. Y crean mucho, constantemente. La chispa está en que este trío tiene buena química y respetan el talento de cada cual. Ximena es la administradora y este lugar es realmente su idea, su pasión, a este sueño se sumó Freddy, su esposo, que es el talento creativo, y Carlos, el talento culinario… Juntos logran magia.
¿Qué ofrecen? comida dominicana con un “twist”, comida internacional y “divertida”, presentada en forma original, como por ejemplo el fondue, que preparado con hongos porcini es servido dentro de una mini hogaza de pan, una entrada muy agradable como los mofonguitos, canastitas rellenas que probé en otra ocasión… Ellos describen el menú como una reinterpretación de los platos locales, pero ya ven que es mucho más: pizzas, pastas, risottos, hamburguesas, ensaladas… y los “Signature dishes”. Claro, los inventos con platos locales son un éxito: les doy tres que comí, para poder saber qué decirles. Primero, me trajeron arepa de chicharrón” les digo, ¡si son carnívoros, tienen que probarla! El servicio trae dos para compartir, y no es tan pequeño como creía, es más que una entrada. Luego, un favorito de la casa: risotto de habichuelas negras con puerco y batata frita, riquísimo. La combinación de culturas es genial, con razón es uno de los más pedidos. Luego escogí algo más ligero: salmón con una aromática ensalada de quinoa, pasas, arádanos, almendras etc. Delicado, agradable y quiero destacar que es difícil encontrar salmón tan jugoso, sabroso, bien hecho. Es un pescado muy exigente.
Rematé con un postre para chuparse los dedos: churros de oreo ¡delicioso!
La clave en un sitio así, sin grandes pretensiones de formalidad, pero con excelencia radica en su firme determinación de mantener la calidad de los ingredientes. Mantequilla de verdad, productos frescos, hierbas
Eso, nosotros lo sabemos, hace la diferencia. Recordemos que al fin y al cabo la comida es el corazón de un restaurante. Aunque reitero, sin pasión, sin sentimientos, sin creatividad, no hay nada.
¿No les he contado? Ximena La Torre y Freddy son los dueños de Gallo Pinto, que nació hace cinco años. A ellos se han unido Carlos Santana, que no es el famoso guitarrista, pero sí el artista de esta cocina desde el principio (en diciembre de 2010), Camilo Arvelo, el atento maître, y los camareros que amables, vestidos de negro y con mandiles hasta las rodillas, dan un toque clásico a este simpático lugar en el que la atención es realmente importante.
Tip:¿un trago? Ron romero. Le gustará incluso a quienes como yo, no son muy amantes del ron. Rico, refrescante en un país tan caliente como el nuestro, y con una ramita de romero, que llega a nuestro olfato antes que al gusto, esta bebida es buena incluso para los que tienen gripe ¿qué les parece?
En la carta encontrarán platos y cocteles originales. Anímense a probar alguno de ellos, seguro quedarán con deseo de volver e invitar a alguien más a probar“ y si quieren, escriban algo en la gran pizarra. Les recordará los tiempos escolares! Su dirección: Manuel de Jesús Troncoso esquina Roberto Pastoriza, Plaza Dorada, Santo Domingo.
