Por Victoria Curiel
La República de Haití desde hace unos meses o tal vez dos años ha iniciado una campaña que promociona dicho país desde la perspectiva turística, cultural y de su identidad. Venciendo las adversidades climatológicas y políticas, tratan de salir adelante, mostrando la cara de su patrimonio natural, histórico y cultural a través de su potencial turístico a ser relanzado, porque en las décadas del 50 y 60, dicha isla tenía un gran flujo turístico, que fue perdiendo por las epidemias, terremotos y crisis políticas.
Pudimos escuchar en el pasado mes de febrero en curso, a la ministra de Turismo de Haiti, Stephanie Villedrouin, en el marco del Seminario Internacional sobre gestión de los destinos turístico y de patrimonio cultural, celebrado en Santo Domingo, con los auspicios del Banco Interamericano de Desarrollo, del Ministerio de Turismo de la República Dominicana, la UNESCO, y de otros patrocinadores exponer los planes actuales de recuperación y reposicionamiento turístico de dicha nación, enunciando proyectos y programas cónsonos con la nueva oferta y con los aspectos que desarrolló el importante seminario internacional.
Entre los aspectos fundamentales la funcionara destacó el proyecto de la Ciudadela y Sans Souci, que forman parte del Parque Nacional Histórico de Haití (norte), declarado por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.
Está muy claro que el turismo es parte muy importante de la solución a los problemas del castigado Haití, por todas las bondades de dicho sector, que aporta desarrollo e inversiones frescas, mano de obra y generación de muchos empleos.
República Dominicana está contribuyendo a que Haití logre la mirada de turistas y ayudando a combatir la actitud maniqueísta que se tiene sobre dicha isla.
En la actualidad cumple con las ventajas características del Caribe de “sol y playa”, de monumentos históricos, excelente gastronomía y generosidad en su gente. También, cuenta con una importante oferta hotelera al más alto nivel, con la capacidad de complacer a los clientes más exigentes. En total son 2,500 habitaciones ubicadas en lugares estratégicos en cuanto a la vista, a la infraestructura y otras ventajas, como sus magnificas playas y enclaves históricos.
Cabe destacar magnificas playas como Port Salut y Jacmel, ambas en el sur, o en el norte, en Cabo Haitiano, La Abadie, donde llegan los cruceros del Caribe de las grandes líneas. Justamente, en Cabo Haitiano, la segunda ciudad más importante de Haití, se encuentra La Ciudadela Laferriére, también conocida como La Citadelle, una gran fortaleza de aproximadamente 17 millas al sur de la ciudad de Cabo Haitiano o Cap Haitien. Es la fortaleza más grande el hemisferio occidental y la más grande de toda América, designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1982. Actualmente es uno de los destinos más populares para los turistas que visitan la isla. La historia de este monumento construida por el rey Henri Christope merece un artículo aparte.
Otras ciudades cercanas son de indescriptible belleza, como Milot, ubicada en el norte a 12 millas de Cabo Haitiano, de impresionantes monumentos y características viviendas victorianas. También, en esta zona está ubicada Les Cayes, donde celebran vistoso carnavales.
Recomendamos esta encantadora isla de playas de fina arena, cocoteros y aguas marinas azul turquesa, de atractivos culturales como son el Musée du Pantheon National Haitien, su panteón nacional, el Mirador de Boutiliers, el Museo del Hierro o Mercado de Hypolite, el más grande artista naif de Haiti, considerado y venerado como el gran Maestro que fue.
La gastronomía haitiana es exótica, tiene la base de la cocina francesa, fusionada con los condimentos, vegetales y frutos caribeños, puede ser degustada en los hoteles, bares y restaurantes de buena y a veces, exquisita variedad. Tienen la ventaja de que el mar les ofrece una gama de pescados y mariscos, y presentan las opciones de carne de vacuno, de cordero, cerdo y de pollos. Recuerdo haber disfruto mucho de la gallina de guinea en salsa de naranja agria, grillot (cerdo frito), Diri et djondjon (arroz negro y setas), langosta flameada, y finos postres como: Tarta de mango, Helado de coco fresco y Anacardos isla y frutas.
El Vino francés de la mejor calidad, y la bebida nacional de Ron Barbancourt son realizados por una familia muy antigua, que ejecutan las destilerías de ron y el brandy de Haití. Estos son otros atractivos trata de los restaurantes y bares en Haití.
Existen varios tipos de hoteles en Haití. Aquellos que prefieren permanecer lujosamente pueden optar por los hoteles de lujo o 5 estrellas de lujo que ofrecen las instalaciones de las más reconocidas cadenas hoteleras de prestigio.
Además de Port au Príncipe, la capital de Haití, existen ciudades y lugares muy interesantes por su belleza escénica como son: Petit Goâve, Port-de-Paix, Carrefour, Jacmel, Léogane, La Mole San Nicolás, Petionville y Miragoane. Por lo que hemos descrito hay mucho que ver y hacer en Haití, cuya capital es la primera república negra del mundo. Con mucha historia como antigua colonia francesa, con su arquitectural colonial francesa y cadencioso “patois” criollo. Excelente opciones de compra de artesanía muy fina, con una escuela de pintores famosa en el mundo, con un merengue “compá” candencioso, con su religión voudista que tanto les atrae a los turistas, en fin el arte colorido y brillante, pero sobre todo, auténtico, sus galerías de arte en Pétion Ville, como Galerie Monnin, Expressions Gallery (calle Metellus), junto a toda esta identidad de tantos años, ofrecen la modernidad de las mejores cadenas hoteleras del mundo, definitivamente nos convence a darnos el gusto de visitar a Haití Chérie.