Visitar el histórico territorio de Montecristi, cubierto por campeche, cambrón, (cuyas semillas fueron traídas desde África, a finales del siglo XIX) ha contribuido a obtener el carbón vegetal, de esta zona agreste de plátanos y guineos; así como el orégano, la crianza de chivos con un sabor único, pues se alimentan de orégano y por tanto, tienen un sabor peculiar de dicha provincia de la línea noroeste. También esta zona tiene una de las más grandes plantaciones de banano orgánico de la región, y gracias a este rubro somos muy conocidos en Europa, sobre todo, en privilegiados mercados como el de la Unión Europea, que reportan muchos beneficios a la economía dominicana.
El extremo occidental se inicia con el pueblo de Pepillo Salcedo, en la Bahía formada por tierras haitianas y dominicanas. Posee además hermosos parques nacionales y típicos, singular región que tiene un turismo diferente: turismo de exploración, rutas de senderos pueblos como Las Matas de Santa Cruz, Guayubín (tierra de peloteros), Castañuelas y Villa Vásquez. También, Los Cayos, llamados Los Siete Hermanos, que coronan la Bahía de Montecristi, bellísimas playas, su emblemático Morro.
Fundada en 1533 por Juan de Bolaños, y repoblada por inmigrantes canarios en 1750, está ubicada en la costa, casi bajo el nivel del mar, lo que permite atrapar el agua en terrazas, para la obtención de la sal marina, que por cierto pudimos disfrutar en las salinas.
San Fernando, capital de Montecristi, representa toda la historia sellada por el encuentro de José Martí y Máximo Gómez, gestores de la independencia cubana.
Recientemente, fue creado el Clúster Turístico de Montecristi, en el que participan montecristeños que honran su provincia, y quienes con el apoyo del Consorcio Dominicano de Competitividad Turística (CDCT) y la USAID, han dado un giro que nos permite tener “otra mirada” de dicha provincia. Entre los programas desarrollados están el rescate del centro histórico, que cuenta con un valioso conjunto arquitectónico, de arquitectura popular y antillana “excepto la Casa de doña Emilia Jiménez Vda. Rodríguez-que fue importada desde Francia y traída al puerto de la ciudad desde el puerto de Hamburgo, en Alemania. Esta dama hermana del presidente Juan Isidro Jímenez, en 1895 mando a diseñar esta singular casa en dos niveles con amplias habitaciones, galería perimetral, y la cocina dentro del inmueble, que es la casa más grande del pueblo. Estas casas revelan la bonanza económica que tuvo esta notable ciudad en su apogeo a finales del siglo XIX, y principios del XX.
La Casa Museo Generalísimo Máximo Gómez es un lugar emblemático de la zona, por la historia que envuelve al lugar y su gran valor cultural. Quienes visiten este destino, podrán participar de un tour dirigido por un guía especializado de Soraya y Santo Tours único operador de toda la zona. También, con estos guías navegamos por El Morro, cuya morfología es de un camello echado. Este es uno de los símbolos emblemáticos de esta ciudad de amplio trazado y anchas calles que tuvo su mayor desarrollo cuando era puerto de la región norte a finales del siglo XIX, cuando se instaló la Grenada Fruit Company, con plantaciones de bananos o guineos.
Como podrán percibir la historia de esta provincia es de excepción, y en cultura tienen muchas manifestaciones únicas y muy auténticas, entre las que destacamos su carnaval, y en las fechas carnavalesca destacamos Los Toros, grupos de enmascarados que para el 27 de febrero hacen sus fiestas y juegos.
Tienen su gastronomía acorde con sus ventajas de la crianza del chivo liniero, hasta los frutos del mar, como el cangrejo, el pescado, la langosta, camarones y el lambí, entre otros.
Tuve el placer de degustar muchos platos típicos, iniciándome por una paella marinara, –hecha con los elementos antes detallados– en el Hotel El Morro, moderno e impresionante hotel, con habitaciones provistas de toda la comodidad de la modernidad, una biblioteca importante, ya que su propietario el Dr. Franz Joseph Thomen, de Santiago de los Caballeros, es un apasionado de los temas históricos, y preparó una sala de lectura de mullidos sillones, y decorado especial para leer, con su biblioteca personal y muy buena música. En la actualidad tiene el Dr. Thomen, un “joint venture” con el Grupo Vicini.
Y, volviendo a la riqueza histórica de Montecristi, no podemos dejar de mencionar un héroe nacional como Manuel Aurelio Tavárez Justo –Manolo– líder de la resistencia para derrocar la dictadura de Trujillo y el retorno a la constitución de 1963, luchador incansable nacido y criado en dicha provincia, y donde vivió sus primeros años junto a su esposa, la heroína Minerva Mirabal. Esta pareja ofrendaron sus vidas con un valor que pocos seres humanos pueden tener, siendo ambos profesionales jóvenes, con hijos pequeños y personas cuyo hueco no ha sido sustituido por ningún líder político dominicano.
En el rescate del Centro Histórico está La Casa de Manolo Tavárez, pintada de un amarillo esperanza, de madera y con techo de zinc a dos aguas, cuya cumbrera se alza en forma muy pronunciada imprimiendo elegancia a la construcción. Frente a su casa está el principal parque del pueblo que lleva el nombre de Manolo. Es la antigua Plaza de la Concordia de 1925, que ha sido remodelado y en el centro tiene una moderna glorieta y un busto del héroe nacional, con inscripciones y datos.
Otra casa restaurada de arquitectura antillana es la Casa Socías Nuñez de 1890. Es de madera con techo de zinc, a varias aguas, de dos plantas, galería terminada en L en dos cuerpos poliédricos, de cuerpo central soportado por columnas prefabricadas al igual que la baranda de la galería. En esta bella casa vivieron los esposos y héroes Manolo Tavárez Justo y Minerva Mirabal, la que está muy recordada en el pueblo por el detalle de amor hacia las flores y su jardín, algo que fue parte de las Hermanas Mirabal y su símbolo de las mariposas.
Junto a monumentos históricos como el simbólico Reloj ubicado en el Parque Duarte, inaugurado en junio de 1895, hermoso reloj sostenido por una columna de acero de base cuadrada. Fue traído desde San Germán, París, Francia, donde había estado instalado; la Iglesia San Fernando, (1925) de arquitectura eclética, fachada simétrica con muros de hormigón y techo de zinc a dos aguas. Dos torres a cada lado de la fachada contribuyen a acentuar la simetría. Conserva este templo la caoba centenaria del altar mayor, los vitrales y las campanas originales. Está considerada obra de arte, toda la parte de madera fue elaborada en el famoso taller de don José Socias.
Concluimos con recomendarles visitar en su viaje a Montecristi el Cementerio Municipal (1890), con entrada por una puerta de hierro fundido donde puede leerse la sentencia –Domus Omnibus– o sea –El Hogar de Todos–. En su interior se encuentran decorados e impresionantes panteones estilo neoclásico. En el mismo descansan los restos de mucho de los restauradores, y revolucionarios acribillados en Manaclas, luchando por restaurar la constitucionalidad, como Jaime Ricardo, cuñado de Manolo Tavárez.