Hoteles boutique
Por Miriam Veliz
Cuando salimos de casa, ya sea a otra ciudad, pueblo, o país, una de las cosas más importantes es decidir dónde quedarnos. ¿Qué queremos? ¿Cómo lo queremos? Lo más frecuente es buscar un resort con el plan “todo incluído”, pero hay una minoría que no se conforma con eso, que busca otro tipo de estancia menos mayoritaria, con más historia, donde reciba un trato personalizado, donde se sienta la atención a los detalles… y eso es lo que ofrece un hotel boutique, un concepto que surge porque el negocio de turismo se basa en satisfacer a los turistas, y hay algunos, como usted quizá, que buscan un alojamiento no convencional, más íntimo, no necesariamente lujoso, en un entorno exclusivo, o un hotel pequeño, lleno de encanto, y quizá es de los que están enamorados de la arquitectura antigua, con ese toque de magia que brinda. El matrimonio entre estos elementos vale la pena, se lo aseguro.
Para no llevarlo a un concepto errado, le cuento que estos hoteles son tranquilos, pequeños, y no se dedican a muchas actividades sociales. Son coquetos, más costosos cuanto más antiguos y pequeños, según mi experiencia, y por tanto más destinados a un turista menos joven y que está interesado en conocer el entorno a su manera, a su ritmo. Que viene sabiendo que somos más que arena, playa y sol… y quiere vivir esa otra parte de la historia.
Además del número reducido de habitaciones, de que los eventos que en ellos se realizan son limitados y que ofrecen atención personalizada, los hoteles boutique suelen establecerse en casas antiguas, que han sido cuidadosamente remodeladas respetando la época original, lo que no quita que estén a la vanguardia en tecnología. Son modernos en facilidades y servicio aunque la infraestructura sea de otro tiempo. Son cómodos, sin estridencias, estéticamente bellos, cuidados.
Por eso les hablo aquí de algunos de ellos, para los que vienen como huéspedes, y del concepto –cada vez más buscado-, para quienes están interesados en entrar en un negocio que crece, en una zona como la antigua ciudad de Santo Domingo, la ciudad primada de América.
Empezaré por los más pequeños:
El Beaterio, en la calle Duarte número 8, con tan solo 11 habitaciones, está en una edificación de comienzos del siglo XVI declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tiene más de 500 años de historia y fue un convento, o casa de monjas. Súper bien conservado, romántico, con un patio interior frondoso y tropical alrededor del cual están distribuidas las habitaciones cuyas paredes son de piedra, este hotel de dos pisos enamora. La decoración, minimalista, da un toque de austeridad que se rompe para su beneficio con el confort que brinda, no propio de esa época, y tiene piezas antiguas que fueron encontradas en las excavaciones realizadas durante el trabajo de recuperación del lugar. Saben la importancia de la iluminación en la creación de los ambientes, y la usan sabiamente. A mi parecer, la atención es un lujo por sí sola, como ocurre en el hotel Francés, de 19 habitaciones y una atención y ambientación definitivamente exquisitas. Tendré que encontrar palabras más propias para describir las barandas, los techos, de nuevo el patio interior… cautivante. Su mobiliario, de madera, grande, en amplias habitaciones, tiene cierto toque rústico que no interfiere con sus cómodos colchones, Y claro, sus techos son altos y su gente, amable.
El Europa Hotel Boutique, también en esta zona, también de estilo colonial republicano, está en la calle Arzobispo Meriño. Sus 48 habitaciones de primera, la gran mayoría con balcones, están subdivididas en “Standard”, Superiores, y Junior Suites. Su terraza restaurant y bar donde puede desayunar, almorzar y cenar, tiene una vista a las Ruinas de San Francisco, un romántico espacio utilizado para fotos de bodas y otros eventos especiales, donde los domingos por la tarde hay bailes tradicionales, folclóricos, llenos de un colorido que contrasta con el opaco color de las ruinas dejadas por el terremoto de 1673, pero conecta -por antiguo- con sus raíces e historia.
Siguiendo por las empedradas y añejas calles de la Ciudad Colonial también está en esta categoría boutique el Hodelpa Caribe Colonial, en la calle Isabel la Católica, tiene 50 habitaciones, entre sencillas, dobles y suites (solo dos) y casi todo en ellas es blanco, camas mullidas, espacio relajante. Las suites tienen jacuzzi y solarium. La tarifa incluye desayuno, que puede tomar en la cafetería, donde también puede almorzar o cenar. Hay servicio de habitación. Es un ambiente muy agradable, con una simple decoración a base de frases famosas pintadas en la pared. Una idea muy original.
En resumen, tanto si busca un negocio rentable en el que invertir, como si viene en plan de turista, los hoteles boutique son una excelente opción a explorar para usted. Y en uno u otro caso, la Ciudad Colonial es el lugar para recorrer en su búsqueda.
DATO HISTÓRICO: Fue Ian Schrager, en los años 90, quien acuñó el concepto de hotel boutique cuando quiso describir el tipo de experiencia que brindaba su hotel, el New York Paramount, uno de los más elegantes de la Gran Manzana.
