Por Victoria Curiel
Cuando entramos al Vivero Inmaculada de la ciudad de Santo Domingo, nuestros sentidos sienten el placer de percibir un espacio privilegiado de plantas ornamentales en variedades únicas de la región. Hablamos del vivero más antiguo del país, abierto hace 55 años por el matrimonio Mario Bobea Billini y María Josefa Di Franco. Desde 1953, ellos han sido los pioneros en este interesante negocio. Desde entonces, su objetivo principal es brindarle al cliente un producto terminado de óptima calidad, así como una atención y servicios insuperables, lo que les permite competir en un mercado cada día más exigente.
La familia Bobea-Di Franco tiene tradición en este campo, ya que la unión de don Mario y doña Fefita, produjo tres hijas que desde muy pequeñas están involucradas y son parte integral de los viveros, al igual, que algunos nietos. En este sentido, tenemos a Inmaculada, cuya formación como ingeniera química, al igual que su madre, le ha permitido mantener la continuidad de las siembras, cuidados, injertos y crecimiento de las diferentes especies y plantaciones que producen en Villa Mella, así como en Rancho Arriba.
También, componen el “staff”, Marión Bobea que cubre la parte administrativa y su hermana Rosángela, paisajista.
Viveros Inmaculada es una empresa dedicada a la produ- cción, cultivo y distribución de plantas ornamentales, que posee dos Centros de Producción: uno en Villa Mella y otro, en Rancho Arriba, y un Centro de Ventas, que es, el Centro de Jardinería, ubicado en la calle Víctor Garrido Puello #139, ensanche Evaristo Morales.
Este centro proyecta mucho esplendor y cuidado, amén de la cortesía, y el excelente servicio al cliente de quienes laboran en el mismo. Todo esto es posible, porque se conjugan símbolos de experiencia, calidad y buen servicio, que le hace diferenciarse de muchos otros negocios de este ramo.
Si usted recurre a la página web www.viverosinmaculada.com, podrá obtener mucho conocimiento sobre plantas y frutos, y es que está visitando el portal más completo y actualizado de todos los viveros del país, y de algunos del área del Caribe.
Por ejemplo, quisimos compartir con los lectores de “Touring”, extractos de sabios artículos del escritorio de don Mario Bobea, que le ampliarán a ustedes el amor por la naturaleza, por las frutas, por la tierra.
¿Existe la Pascua Enana?
La flor de pascua, uno de los símbolos de la Navidad, enseñorea las decoraciones hogareñas y comerciales en estos días, destacándose una variedad “enana” que exhibe una flor sencilla y grande, generalmente roja.
Mucha gente cree que esta es enana, pero en realidad se trata de plantas cuyo crecimiento se ha retardado mediante la aplicación de una fitohormona.
La “invención” de este tipo de pascua se debe a un famoso hibridizador del genero, de origen alemán, llamado Albert Ecke, y a su hijo Paul, de California. Los Ecke se han convertido en una verdadera dinastía de cultivadores de Pascua, y han creado numerosas variedades comerciales que se venden en todo el mundo cristiano.
Las condiciones de luz, temperatura y humedad, son preponderantes, y también hay que llevar un estricto control de las plagas que suelen afectar este cultivo tan especial. La flor de Pascua o Poinsettia (Euphorbia pulcherrima), pertenece a la familia de las Euforbiáceas, una de las mayores y mas versátiles del reino vegetal.
La tradición de adornar los hogares y oficinas con la flor de Pascua nació de una costumbre introducida hace más de dos siglos por unos misioneros Franciscanos establecidos en Taxco, México, país del cual es oriunda la planta.
Estos misioneros solían adornar con las flores de pascua la imagen del niño Dios en la procesión del Santo Pesebre, conmemorativa del nacimiento de Jesús. Al andar del tiempo la hermosa costumbre se generalizó y fue así como se convirtió en un símbolo de la Navidad.
Función de las plantas de interior
Por más suntuosa que sea una mansión y más elegantes sus estancias, si no hay siquiera una planta, todo podrá ser muy bonito, pero no habrá calor de vida en el ambiente. Tal es la importancia de las plantas de interior que constituyen el toque final como elemento decorativo. También en las oficinas las plantas juegan un papel preponderante, sirviendo en muchos casos como elemento tranquilizador.
Pero no basta para disfrutar una planta colocarla en un sitio determinado como elemento decorativo. Debemos saber, en primer lugar, cuál es la planta adecuada para ese sitio y cómo debemos tratarla para que continúe siéndonos útil. Apuntaremos en primer lugar que las plantas de interior aun cuando son de sombra, necesitan de mucha luz, humedad y un medio de cultivo adecuado.
Por supuesto que el follaje es el elemento preponderante en las plantas de interior y no las flores. El medio de cultivo a utilizarse debe ser una mezcla orgánica de turba, paja de coco, hojas secas, y otros elementos orgánicos. En lo que respecta a los cuidados, los mismos se concretan a regarlas, darles descanso de las estancias con aire acondicionado periódicamente sacándolas a un sitio iluminado con luz natural y con aire un poco cálido y húmedo, y darle su comida, un buen abono foliar, cada mes.
Pero hay algo muy importante, la planta es un ser vivo capaz de recibir y expresar emociones, aunque no sea por medio de palabras. Si usted tiene una planta, háblele y dígale piropos todas las mañanas, y de seguro que se sentirá muy halagada.
Sobre los injertos
El injerto es uno de los sistemas de propagación más populares debido a que las plantas que provienen de injertos florecen o frutecen más temprano que las originadas por semillas, y además son una copia exacta de su progenitora, lo que con frecuencia no ocurre con los frutales sembrados de semillas. Otra ventaja es que las plantas son más pequeñas y mejor formadas, y por ende ocupan menos espacio. Además su producción es mayor por planta.
Un injerto no es más que la inserción de una o varias yemas (retoños) de una planta en el tallo o una rama de otra, que recibe el nombre de patrón. Para que sea posible es necesario que ambas plantas sean de un mismo género por lo menos. Por ejemplo para injertar naranjas, mandarinas o chironjas, se usan patrones de naranja agria o de otro cítrico, pero es imposible injertarlas en patrones de guayaba.
Hay muchas clases de injertos. El más sencillo de todos es el de aproximación, que consiste en juntar dos ramas, una de la planta que se quiere obtener y otra del patrón, removiendo previamente la corteza de ambas en la zona donde se hará contacto. Este injerto se utiliza en la propagación de plantas que son difíciles por otro sistema, como el níspero por ejemplo.
El más popular de los injertos es el de escudete o de yema, que consiste en la inserción de una yema de la planta deseada en un patrón compactible. Se usa mucho en rosales y cítricos.
Para que un injerto “prenda” ambas plantas deben de estar en optimas condiciones: el patrón debe de estar “en savia”, la corteza debe levantarse con facilidad y la parte leñosa al descubierto debe presentar una superficie húmeda o jugosa. Por su parte la yema o injerto debe provenir de una rama vigorosa, expuesta al sol.
Los injertos pueden amarrarse con cintas plásticas. No es indispensable que sean especiales. En el injerto de yema la misma podrá ser removida en un plazo comprendido entre 7 a 10 días. Este período es suficiente para que el injerto haya prendido o fracasado. Si ocurre esto último, se debe repetir el proceso.
El Clavel: símbolo de Madre Viva
El clavel rojo es el símbolo de la madre viva, según la tradición dominicana, en tanto que la blanca y pura azucena recuerda a la madre muerta.
El clavel ha sido, a través de los siglos, una de las flores predilectas de la humanidad. Su nombre botánico es Dianthus caryophyllus, y aunque hay muchas variedades, se dividen en dos grupos: el clavel de floristería, que es el que se explota comercialmente; y el de borde o exteriores, que se usa para dar colorido a los jardines, conocido con el nombre de Dianthus.
El cultivo del clavel comercial requiere de cuidados especiales, aunque no sofisticados. Se practica en invernaderos techados que permiten el paso de la luz solar, sembrándose en canteros o camellones en una mezcla de tierra cernida y estéril, materia orgánica generalmente de origen vegetal y perlita o vermiculita. En la propagación de éste se emplean esquejes (estacas) con yemas terminales maduras. En Estados Unidos y Europa se utiliza el sistema de propagación “In Vitro”, por medio del cultivo de tejido de meristemos. En el clavel de borde, que es una planta anual, se usa generalmente la semilla.
La rara belleza de las bromelias
Las bromelias constituyen una de las más numerosas familias botánicas. El prototipo de la familia es la piña, cuyo nombre de pila es Ananas comosus. La piña fue “descubierta” por Cristóbal Colón y llevada como presente a la Reina Isabel la católica en el retorno de su segundo viaje. Sin embargo, no fue hasta principios del siglo XVII que se incorporaron las bromelias a los inventarios botánicos.
La primera bromelia colectada, dibujada y descrita fue encontrada en nuestra isla Hispaniola por un sacerdote francés llamado Charles Plumiére, quien fue un eminente botánico.
No fue, sin embargo, hasta hace relativamente pocos años-unos 30 quizás-que las bromelias fueron introducidas al mundo de las plantas de ornamento, conquistando un sitial preferencial, debido a sus bellísimas y extrañas flores y a la exquisita combinación de colores de su follaje. Hoy existen notables creadores de nuevas bromelias, que trabajan afanosamente para ofrecer cada vez más, ejemplares bellos y raros.
Las Bromelias dominicanas. En nuestro país abundan las bromelias, principalmente las que pertenecen al género Tillandsia. Las Tillandsia prosperan en toda clase de clima, desde los frescos y altos de las cordilleras hasta las maniguas costeras. Tienen forma de piña y su inflorescencia es llamativa y de excepcional belleza. Hay especies endémicas de extraordinaria belleza como la Guzmania ekmanii.
No queremos concluir sin insistir que hemos buscado en este articulo darles a conocer la labor y herencia, sobre todo, a las nuevas generaciones amantes de la naturaleza y de las plantas, de don Mario Bobea Billini, horticultor, floricultor, periodista, quien fue pionero, junto con su esposa, la señora Josefa Di Franco, del cultivo y comercialización de plantas ornamentales en República Dominicana.